La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social”, lo que supone que este concepto va más allá de la existencia o no de una u otra enfermedad. En consecuencia, más que de una vida sana hay que hablar de un estilo de vida saludable del que forman parte la alimentación, el ejercicio físico, la prevención de la salud, el trabajo, la relación con el medio ambiente y la actividad social.

Sigue hábitos saludables. La mayoría de las personas saben que deben consumir frutas, verduras y alimentos ricos en fibra. No sólo te ayudan para prevenir enfermedades del corazón si no para varias otras.

Reduce tu consumo de sal a no más de 4 a 6 gramos diarios: Diferentes estudios muestran que el alto consumo de sal está relacionado con la hipertensión arterial, un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular.

Realiza actividad física en forma regular: El sedentarismo enferma al corazón, por eso, practica actividad física aeróbica como trote, caminata rápida, natación, bicicleta. Cuando haces este tipo de ejercicios, el corazón trabaja más rápido y se fortalece. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es realizar 30 minutos de actividad física aeróbica moderada como mínimo, 5 días a la semana. En tu vida diaria, realiza la mayor cantidad de actividades caminando (sube y baja escaleras, saca a pasear al perro, pasea y sal de compras).

No fumes: El cigarrillo acelera la frecuencia cardíaca, contrae las arterias principales puede alterar el ritmo de los latidos del corazón y aumenta la presión arterial. Si dejas de fumar al año tu riesgo de sufrir un infarto de miocardio ya se iguala al de una persona que no haya fumado nunca.

Controla tus enfermedades: La hipertensión arterial,diabetes, pre diabetes, dislipidemia y la obesidad abdominal son factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular.