El consumo de chía es beneficioso para el paciente diabético ya que retarda la llegada de la glucosa a la sangre y puede disminuir su absorción.
Gracias a diversas investigaciones hoy conocemos la composición nutricional de la chía y los beneficios de su consumo. Su aporte de fibra (28 gramos en cien gramos de chía) es quizás lo más relevante de su consumo, no sólo por su alta concentración sino por proveer tanto fibra soluble como insoluble.
Al dejar en remojo o cocimiento las semillas de chía, se forma un gel debido a la fibra soluble, así se obtiene una bebida saludable similar a la de la linaza. Este gel retarda la digestión y absorción de nutrientes. Por otro lado, la fibra insoluble, tiene la cualidad de acelerar el proceso digestivo, incrementar el volumen de las heces mejorando la evacuación intestinal.
Gracias al tipo de fibra que contiene, produce saciedad por más tiempo lo cual puede ser conveniente en pacientes con exceso de peso. Por otro lado, mantener suficiente fibra en la dieta disminuye el riesgo de desarrollar cáncer en especial gástrico e intestinal.
Se ha observado que el tipo de fibra que contiene puede contribuir con la disminución de colesterol en sangre sin alterar los triglicéridos ni el colesterol bueno. El consumo de chía es beneficioso para el paciente diabético ya que retarda la llegada de la glucosa a la sangre y puede disminuir su absorción.
La chía concentra nutrientes, el 17% son proteínas, 44% de carbohidratos y 34% de aceites vegetales principalmente de tipo omega 3. Su aporte de energía es de 536 calorías por cada 100 gramos.
Es también fuente de potasio, calcio, hierro, magnesio y zinc todos estos minerales importantes en todas las etapas de la vida. La chía puede consumirse diluida en agua, en semillas sobre las frutas o yogurt, en ensaladas, etc.
Fuente: Licenciada Sara Abu Sabbah – nutricionista y conductora de Salud en RPP